La dificultad para respirar puede involucrar:
Falta de aliento; Falta de respiración; Dificultad para respirar; Disnea
No existe una definición estándar para la dificultad respiratoria. Algunas personas se sienten disneicas con solo hacer ejercicio leve (por ejemplo, subir escaleras), aunque no padezcan una afección médica. Otras pueden tener enfermedad pulmonar avanzada, pero nunca sentir falta de aliento. La dificultad para respirar es una sensación subjetiva: solo la persona que la siente puede decir si la tiene.
Las sibilancias son una de las formas de dificultad respiratoria en la cual usted produce un sonido chillón al exhalar.
La dificultad respiratoria tiene muchas causas diferentes. Por ejemplo, la cardiopatía puede causar disnea si el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre para suministrar oxígeno al cuerpo. Si el cerebro, los músculos u otros órganos corporales no reciben suficiente oxígeno, se puede experimentar una sensación de disnea.
La dificultad respiratoria también puede deberse a problemas con los pulmones, las vías respiratorias u otros problemas de salud.
Problemas con los pulmones:
Problemas con las vías respiratorias que llevan a los pulmones:
Problemas con el corazón:
Otras causas:
Algunas veces, una dificultad respiratoria leve puede ser normal y no es motivo de preocupación. La congestión nasal fuerte es un ejemplo. El ejercicio extenuante, sobre todo cuando usted no se ejercita regularmente, es otro ejemplo.
Si la dificultad para respirar es nueva o está empeorando, puede deberse a un problema serio. Aunque muchas causas no son peligrosas y son fácilmente corregibles, comuníquese con su proveedor de atención médica por cualquier dificultad respiratoria.
Si le han estado tratando un problema prolongado con sus pulmones o corazón, siga las instrucciones de su proveedor para aliviar dicho problema.
Acuda a la sala de urgencias o llame al número local de emergencias (911 en los Estados Unidos) si:
Visite a su proveedor si la dificultad respiratoria está acompañada de lo siguiente:
El proveedor lo examinará. Se le harán preguntas acerca de su historia clínica y síntomas. Las preguntas pueden incluir por cuánto tiempo ha tenido dificultad para respirar y cuándo comenzó. También le preguntarán si algo lo empeora o si presenta ruidos como resoplidos o sibilancias al respirar.
Los exámenes que pueden ordenar incluyen:
Si la dificultad respiratoria es grave, es posible que deba acudir al hospital. Usted puede recibir medicamentos para tratar la causa de la dificultad respiratoria.
Si su nivel de oxígeno en la sangre es muy bajo, es posible que necesite recibir oxígeno.
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