Es un trastorno cerebral que ocurre en personas con daño hepático.
Degeneración hepatocerebral crónica adquirida (no Wilsoniana); Encefalopatía hepática; Encefalopatía portosistémica
Esta afección puede presentarse en cualquier caso de insuficiencia hepática adquirida, incluyendo hepatitis severa.
El daño hepático puede llevar a la acumulación de amoníaco y otros materiales tóxicos en el cuerpo. Esto sucede cuando el hígado no funciona adecuadamente. Este no descompone y elimina estos químicos. Los materiales tóxicos pueden acumularse en el cerebro y dañar el tejido cerebral. Sin embargo, el amoníaco puede no ser la causa de la degeneración hepatocelular.
Las áreas específicas del cerebro, como los ganglios basales, son más susceptibles a presentar daño a causa de la insuficiencia hepática. Los ganglios basales ayudan a controlar el movimiento corporal. Esta afección es del tipo "no Wilsoniana". Esto significa que el daño hepático no es causado por la enfermedad de Wilson, la cual lleva a depósitos de cobre en el hígado. El daño a los ganglios basales puede causar síntomas similares a la enfermedad de Parkinson.
Una afección llamada encefalopatía hepática puede también causar síntomas similares. Es más frecuente que la degeneración hepatocerebral. Esto también puede ocurrir con degeneración hepatocerebral.
Los síntomas pueden incluir:
Un examen físico puede revelar signos de cirrosis o insuficiencia hepática, incluyendo:
Una evaluación del sistema nervioso (neurológica) puede revelar signos de:
Las pruebas de laboratorio mostrarán enfermedad o insuficiencia hepática avanzada. Las pruebas de laboratorio también pueden buscar las causas de los síntomas.
Otros exámenes pueden incluir:
El tratamiento incluye probar medicamentos que se utilizan para la encefalopatía hepática. Esto incluye antibióticos (tales como rifaximina) o un medicamento como lactulosa, el cual disminuye el nivel de amoníaco en la sangre.
Puede ayudar probar la "derivación" correcta (cambios del flujo sanguíneo) de la enfermedad hepática. Esto se puede hacer por radiología intervencionista o cirugía.
No existe tratamiento específico para el síndrome neurológico, ya que este es ocasionado por el daño hepático irreversible. Un trasplante de hígado puede curar la enfermedad hepática. Sin embargo, esta operación puede ayudar, pero no contrarrestar los síntomas del daño cerebral.
Esta es una afección a largo plazo (crónica) que puede llevar a que se presenten síntomas del sistema nervioso (neurológicos) permanentes.
Es posible que la persona continúe empeorando y puede morir sin un trasplante de hígado. Si el trasplante se lleva a cabo a tiempo, el síndrome neurológico puede mejorar.
Las complicaciones incluyen:
Contacte a su proveedor de atención médica si tiene cualquier tipo de síntomas de enfermedad hepática.
No es posible prevenir todas las formas de enfermedad hepática. Sin embargo, la hepatitis relacionada con el alcohol, relacionada con el metabolismo y muchos otros tipos de hepatitis viral se pueden prevenir.
Para reducir el riesgo de adquirir ya sea hepatitis relacionada con el alcohol o viral:
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